En primavera es la estación ideal para este tratamiento facial, y es una estación especial que nos brinda la oportunidad de cuidar y renovar nuestra piel desde adentro hacia afuera.
Porque al mejorar la división celular, la oxigenación y la absorción de nutrientes en la capa basal, y al agregar antioxidantes activos, podemos mejorar la renovación de la piel en todas sus capas y aumentar su capacidad para neutralizar los radicales libres.
Además, al estimular los puntos de hígado y vesícula biliar, podemos depurar la piel y el sistema linfático de una manera muy efectiva. En cada estación del año, la piel tiene diferentes necesidades.
Así pues, los 4 factores que podemos priorizar en esta época del año son: el aumento de la división celular, la mejor oxigenación, una acción antioxidante y depurativa, todo ello puede mejorar significativamente el potencial regenerativo, defensivo y protector de la piel.
En primavera nuestra piel puede tener impurezas cutáneas, pequeñas lesiones, rojeces e inflamación, rosáceas, dermatitis, eccemas, piel alérgica y más irritable y/o prurito.
Por eso mismo es valiosísimo tratarla como merece: optimizar su regeneración, equilibrar el sistema inmunológico, disminuir la inflamación, fortalecer la función barrera, reducir la histamina y prostaglandinas inflamatorias, nutrir la piel con antioxidantes para prepararla para el verano. Además, el drenaje linfático también va a ser muy importante durante toda la primavera.
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