Este extracto lipídico obtenido a través de la maceración de la planta centella asiática se ha utilizado siempre porque tiene grandes propiedades regeneradoras, cicatrizantes y restauradoras del tejido conjuntivo.
Conviene a las pieles con flacidez y celulitis, ayuda a que los tejidos retomen su forma. Se utiliza también en tratamientos faciales antiarrugas.
El aceite de base empleado es el de girasol, los principios activos liposolubles presentes en la planta pasan al aceite vegetal, enriqueciéndolo con sus propiedades tensoras, reafirmante y cicatrizantes.
En su compleja y rica composición encontramos taninos, mucílagos, resina, aminoácidos libres, saponinas, flavonoides, triterpénicos… ¡¡Uff… ¡qué delicia!
- Es antioxidante.
- Antifúngico.
- Antiulceroso.
- Cicatrizante.
- Regenerador.
- Reafirmante y tensor.
- Ayuda al cuidado de la celulitis y la celulitis edematosa.
- Ayuda a tratar las arrugas en un envejecimiento prematuro.
- Es ideal para combatir la flacidez facial y corporal.
- Para tratar cicatrices postquirúrjicas.
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